Por un momento pensemos detenidamente y preguntémonos ¿Qué es el amor en realidad? ¿Específicamente el amor de pareja?
A veces es necesario parar y analizar, ya que mayormente al estar en una relación eso es lo que más ausente se encuentra… ¿Por qué para algunos el amor es propiedad, cuando debe ser libertad? ¿Por qué amamos lo que no debemos amar? ¿Por qué nos aferramos a lo que nos hace daño? ¿Será parte del proceso? ¿Para posteriormente poder sentir plenamente el amor verdadero? Me gustaría poder sentirme plena alguna vez; y envidio de buena manera a la gente que lo ha logrado; y así también maldigo a las personas que no lo han valorado. Es complejo, pero a la vez es lo que nos da alas para ir más allá, para echar a correr el reloj y detenerlo a nuestro antojo, en esos momentos que nos hacen temblar y estremecer, sea o no sea el buen camino, sea o no sea la persona adecuada…
Pero ¿Quién nos dice eso? ¿Quién puede tener parámetros para catalogar a alguien de aceptable o no? Para mi el gusto está en lo difícil, en lo complicado, arriesgando hasta mi dignidad y mis valores, es como lanzarme desde un precipicio, sentir la sensación de vacío cuando se está cayendo, sabiendo lo arriesgada que será la caída, lanzarme hasta lo más profundo, entregarme en los brazos de una persona totalmente diferente a mí, deseo correr el riesgo, debo correrlo, aunque al final de la caída, cuando comience el dolor y me esté matando, inconscientemente nunca me percataré del daño hasta que mis heridas atraviesen mi piel… Sí, lo reconozco, vuelvo a caer en lo mismo, pero, quién me dice que es lo correcto o no? Es como si yo no estuviera en la misma sintonía que todo el mundo, es como si retrocediera en vez de avanzar, recurrir al pasado, recurrir a los recuerdos para inundarme de placer, porque sé que el presente se desvanecía a cada segundo y el futuro nunca existió para mí.
Deseos vulnerables que se transforman en llagas alrededor de mi cuerpo y hacen que con el tiempo me vuelva intocable, indeseable, carente de amor…
